La consideración del “día más mortifero desde el inicio de la ofensiva” contra Gaza según un titular de El País responde a la certeza de que el domingo tuvo lugar la mayor masacre desde que el gobierno israelí reiniciara la agresión contra Palestina. Fue el “día más mortifero” porque murieron cien palestinos, nunca por la muerte de 13 soldados israelíes. La matanza podría haberse ilustrado con cualquier fotografía del bombardeo en la distancia, de las ciudades devastadas, o de las víctimas civiles que sufren cada día el tormento del ejército israelí, pero el diario pro-sionista colocó una fotografía en la que aparecen “soldados israelíes que lloran en el funeral por un compañero muerto en la ofensiva“. Colocar a los 13 soldados israelíes por delante de los 100 palestinos en el subtítulo es otro detalle inequívoco de la cínica parcialidad de El País.
Para rematar el despropósito, alguien decidió remodelar la noticia eliminando y redireccionando la anterior hacia otra del mismo periodista -Juan Gómez- con un titular menos preciso “La jornada más sangrienta en Gaza“. La fotografía se centra esta vez en la evacuación de un soldado israelí herido como ejemplo de porqué el domingo fue la “jornada más sangrienta” para El País: por la muerte de 13 soldados de Israel.
Más de 500 son ya los palestinos asesinados por el ejército israelí, la inmensa mayoría civiles y muchos de ellos menores. En la madrugada de este lunes fueron ejecutadas otras nueve personas de una misma familia de las cuales siete eran menores, en la localidad de Rafah. Se trata de un genocidio sutilmente atenuado por una prensa donde los palestinos “mueren” en abstracto pero los israelíes son “asesinados”. Un genocidio donde el ataque de un tanque a un hospital en Gaza se reduce al “impacto de un proyectil”sin más en el titular El País, y donde un vídeo de una reunión de la ONU sirve para acompañar la noticia: no se nos enseña el hospital o los muertos y heridos consecuencia del ataque.
El aguerrido lector de El País nunca se enterará de que los hospitales son un objetivo militar de Israel, y no sólo en esta ocasión, ya que casi todos los recintos clínicos de la zona fueron atacados según la agencia Maan. Antes del ataque al hospital de al-Aqsa, la artillería israelí bombardeó los pisos superiores del hospital de Beit Hanun (la sección pediátrica, la farmacia y las oficinas de la dirección) y horas después un avión militar lanzó un misil sobre la azotea del recinto, destruyendo los depósitos de agua y obligando a su evacuación. Ayer, los heridos ingresados en el hospital Wafa sufrieron la misma suerte a pesar de contar con voluntarios extranjeros que formaron escudos humanos y tras aviso telefónico del ejército. Con anterioridad, el hospital Clínico Mabarra para discapacitados con el resultado de cuatro niños con discapacidad asesinados. El 9 de julio, El hospital Europeo de Gaza fue alcanzado por varios proyectiles… Hoy nos enteremos de que un grupo de seis brigadistas internacionales han decidido subirse a varias ambulancias de la media luna roja en un intento de protejerlas de la barbarie sionista.
Todos estas agresiones se reducen en El País a “un proyectil que impacta en un hospital“, puesto que no hay más noticias al respecto. Se transmite la impresión de que se trata de un ataque aislado o incluso accidental. Para colmo, en la “información” se insinúa que el misil ni tan siquiera lo disparó un tanque: “Israel ha acusado a las milicias de Hamás en otras ocasiones de lanzar cohetes desde territorio gazatí hacia hospitales y centros de refugiados“.
Según informaciones del Ministerio de Salud Palestino, desde que se iniciara la operación “Margen protector”, al menos 17 infraestructuras médicas han sido seriamente dañadas, incluyendo hospitales, clínicas y ambulancias. Los ataques a los servicios de salud, los proveedores y los usuarios durante los conflictos armados, incluida la ocupación, supone una violación del derecho internacional y humanitario, que obliga a los Estados a no llevar a cabo acciones que pongan en peligro el acceso de la salud de las personas en cualquier circunstancia.
Hay más silencios, como el del asesinato de un voluntario que buscaba supervivientes entre los escombros de Gaza por un francotirador israelí…
Y así con todo. En El País, es el vago concepto de “la guerra” la que “se ceba con Gaza” o la que “agrava la escasez de agua“, nunca los intencionados bombardeos de Israel contra pozos y tuberías de agua potable. En El País, el “miedo” se siente en Tel Aviv mientras “Gaza se resigna a una larga ofensiva“.
